Fue el primer día lluvioso del otoño de este año 2010 cuando decidí que esto debía continuar. Y si digo «esto» es tal vez porque jamás sé de que se trata nada.
Acabó el 2009 y como debía pasar, el tiempo siguió transcurriendo. Comenzó este año y de manera muy particular.
Se remeció todo. Tembló tan fuerte que ya pasados dos meses del terremoto aún se sigue moviendo la tierra.
Salieron de los recónditos y polvorientos espacios de mi mente recuerdos que ni sabía existían! Y así sucedió con todo y con todos.
Las clases comenzaron un mes mas tarde de lo pronosticado. Cuando llegamos aún se respiraba el pánico que se vivió por tantos días. Nos abrazamos, compartimos que y que no nos había sucedido. Recibimos a los «mechones» y poco a poco se va normalizando la vida.
Llegaron como también llegamos el año pasado: vigorosos, sonrientes, inmaduros, ansiosos de vida!
Allí están y aquí estoy. Tal como quise y quiero sea.
Por ahora como dije hace un año y como dicen muchos, no queda mas que decir bienvenida realidad. Bienvenida a mi realidad.